ABUELAS DE CONOCIMIENTO

Las mujeres a partir de los 50, coincidiendo con la edad de la menopausia, viven una reorganización hormonal que las dirige hacia un afianzamiento de su masculinidad. De forma natural se encuentran, más que nunca, preparadas para volcar toda su experiencia y sabiduría acumuladas en el mundo.

Abuelas de conocimiento

En ciertas tradiciones indígenas, cuando la mujer llega a la edad de 52 o 54 años, se le hace una ceremonia de entrada a una nueva fase de su vida: la de abuela.

 

 

Esta fase no tiene que ver con si tiene nietos o no los tiene; sino que se establece con la llegada de la menopausia, es decir, con el fin de su vida fértil. 

 

 

Cuando la mujer entra en la menopausia su sistema hormonal cambia. No en exceso, pero sí de una forma perceptible. Las hormonas femeninas se producen en menor cantidad y su determinación biológica de crianza termina.

 

 

En ese momento, su labor se enfoca más allá del ámbito doméstico, está más disponible para dirigir su energía hacia el mundo. Es únicamente en este sentido que se vuelve más "masculina", o mejor, más "yang".

 

 

Pero esto sólo ocurre si la mujer es capaz durante el proceso de la retirada menstrual de terminar de soltar a sus crías. Y cuando digo "crías" también me refiero a "víctimas", a "débiles" y a "pobrecitos". 

 

 

La abuela indígena no es una abuela del tipo cuidar a las crías mientras mamá o papá se van. Para cuidar a las crías están los padres.

 

 

La abuela indígena o la mujer postmenopausia se enfoca a la comunidad. Es verdad que puede hacer labores de cuidado o servicio, pero no desde la madre que amamanta sino desde la abuela que sabe.

 

 

Su Yin y su Yang se integran más que nunca o de forma similar a su período anterior a la pubertad, pero con el conocimiento y sin las trabas de la educación de género recibida entonces.

 

 

La abuela ha acumulado una serie de experiencias en su vida que puede ahora enfocar, mejor que nunca hacia el mundo. Y dado que no tiene responsabilidades con los hijos (o no debería tenerlas) puede también, con ello, enfocarse más en su autorrealización como persona y no necesariamente como mujer.

 

 

La menopausia es, por tanto, una oportunidad para soltar el rol de mamá, en favor del rol de persona que enfoca su experiencia en la vida. Una oportunidad para "soltar" en general y tomar su propia iniciativa. Una oportunidad, si no lo ha hecho antes, para autorrealizarse como individuo en el mundo.