Soledad González Silgo

Soledad González Silgo

LAS CLAVES DE TU DESTINO

Las 3 llaves fundamentales para llegar a una sanación completa y realizar tu destino son las siguientes: 1. Resuelve tu pasado, no dejes ningún conflicto por solucionar - 2. Ábrete a todas las posibilidades, desecha todas las creencias limitantes - 3. Vive en presente, desde tu espontaneidad.

Las claves de tu destino

Si estás en búsqueda, si no sabes cómo realizarte, estas son las tres claves principales para realizar tu destino:

1. Resuelve tu pasado

De entre todos tus pensamientos, muchos tienen que ver con tu pasado. Y, de entre ellos, los hay relativos a situaciones negativas. 

 

Tienes que resolverlas todas hoy. Tienes que coger cada cosa que te pesa no haber hecho y realizarla ahora. Comunícate con cada persona a la que guardes rencor o mantengas un conflicto no resuelto; también en positivo. Cualquier cosa no dicha, lo que todavía pasa por tu cabeza, debe ser expresada
 

Cada pensamiento del pasado que te venga con recurrencia, en el que todavía hay algo que resolver, debe ser actuado. Esta es la única forma de que todos esos pensamientos te abandonen, los liberes y dejen de estar dentro de ti.

 

De este modo, te abrirás a tu futuro. Tus pensamientos se dirigirán hacia el otro lado. Cuando el pasado está en paz cualquier futuro es posible.

2. Ábrete a todas las posibilidades

Cualquier cosa que imagines puede ser realizada. Cualquier posibilidad es eso mismo, posible. La segunda cosa que debes hacer es no cerrarte a nada: Abandonar cualquier prejuicio.

 

Puedes terminar realizando un destino que no imaginabas o que en algún momento de tu vida has rechazado. Son prejuicios. Todo es posible y cualquier posibilidad es buena si forma parte de tu destino. No hay nada que sea mejor ni peor. Todo es sencillamente diferente.

 

Así que si te ves negando alguna posibilidad en tus pensamientos, sea por demasiado bueno o por considerarlo malo o que, de entrada, no te gusta, ábrete a ella. En el camino de la divinidad todo tiene una función y cualquier prejuicio anula su realización.

3. Vive en presente

El destino no es un proyecto. No se trata de que planees nada. Sólo se trata de dejar abierto el camino, liberándote del pasado y de los prejuicios.

 

La única tarea que te queda por hacer para transitar por el camino de la divinidad que has venido a manifestar en esta vida, es dejarle espacio. En el momento en que te fijes en una idea ya cierras posibilidad a otras.

 

Tu mente calculadora, programadora, controladora impide que se realice la inteligencia divina que hay en ti. Por tanto, déjate hacer. Actúa cada vez desde el sentir y tu destino se irá haciendo solo.


Cuando realmente te has vaciado de todo, tu esencia se realiza en cada instante, actúas desde tu ser y, entonces, tu destino es tuyo.

 

Tu destino es la manifestación de tu propia esencia. Libérate y déjala ser.