Una cosa es la dualidad existencial y otra muy distinta la dualidad moral.
La dualidad existencial es la polaridad que permite el movimiento.
Ejemplos:
La dualidad moral es la distinción humana entre el bien y el mal, lo correcto o lo incorrecto, lo mejor o lo peor.
Esta dualidad no existe, es decir, no forma parte del Ser, de lo que es o, si quieres, de la realidad. Es una atribución que pone el ser humano a las cosas en función de su gusto, de su interés, de su necesidad o, a posteriori, de su ideología o de su cultura.
Ejemplos:
Desde el punto de vista de la Existencia, todo Es, y nada es mejor o peor.
Desde el punto de vista humano, hay cosas que le gustan más y otras que menos y, a partir de ahí, crea sus estructuras morales, religiosas, políticas, legales, etc.
Cuando desde la espiritualidad se dice que "la dualidad es humana", "la dualidad es de la mente" o "la dualidad es del Ego", se refiere exclusivamente a la dualidad moral.
Desde el punto de vista de la espiritualidad, la dualidad moral procede de la desconexión del ser humano respecto de su propio ser natural o existencial. Esta desconexión es lo único que podría ser calificado como "malo". Y aún así, tampoco lo hace, pues la entiende en términos de transformación o de movimiento cíclico, propios de la dualidad existencial.