Una cosa es alcanzar "LA" plenitud y otra distinta es alcanzar "TU" plenitud.
"LA" plenitud puede ser referida a dos cosas:
1. LA plenitud a nivel existencial: Una vivencia consciente en el aquí y ahora que te llena por completo. Es una experiencia personal en la que "te sientes pleno".
2. LA plenitud a nivel espiritual: La reconexión o el sentimiento de integración en la Existencia, de ser uno con el Todo. Es una experiencia transpersonal.
Ambas son sensaciones o sentimientos momentáneos pero de tan alta calidad que los recuerdas como especiales. Abarcan en un momento presente todos tus sentidos, todo lo que eres, contigo mismo o en comunidad con lo que pasa afuera; sea la Existencia, la naturaleza, una acción u otra persona. Dada su amplitud sensitiva, las experiencias concretas de plenitud pueden también llamarse "éxtasis".
"TU" plenitud se puede entender, asimismo, de dos modos:
1. Tu plenitud a nivel existencial: Es un momento máximo o un punto álgido de desarrollo o expansión.
Se puede referir, bien a "llegar a la plenitud en algo concreto" a lo que te llevas dedicando mucho tiempo, o bien a "llegar a la plenitud en tu propia vida" cuando la sientes completa. En ambos casos se refiere a llegar a una meta. Sin embargo, una vez en ella, puedes sostenerla en el día a día, si ya no tienes más aspiraciones: desarrollando una profesión, actividades o relaciones que son las que te satisfacen plenamente por dentro. Se puede llamar también "autorrealización".
2. TU plenitud a nivel espiritual: Es tu actuación diaria desde tu ser completo en alineación con la Existencia.
Al igual que el "llegar a la plenitud en tu propia vida", tu plenitud espiritual requiere de un alto grado de desarrollo de todas tus potencialidades; pero no desde el punto de vista de una meta concreta, sino desde la integración de tu propio ser. Sólo es posible cuando la aceptación de ti mismo/a es total e, inevitablemente, lleva aparejado un componente transpersonal. Tu plenitud espiritual no puede ser separada de la consciencia de que el "ser que eres" forma parte y cumple una función específica (la tuya propia) en el Universo; pues sólo desde aquí es posible que te aceptes "plenamente".
Tu plenitud a nivel espiritual no es, por tanto, sólo un "hasta aquí llegué y con esto me quedo"; sino un "mi ser se seguirá desarrollando en lo que toque según la Existencia proponga, a través de la parte que soy de ella". Es un sentimiento de plenitud constante, pues dejas en manos de "lo más grande" tu propia vida. No desde cierta "resignación", no "desde la cabeza"; sino autorrealizándote verdaderamente al mismo tiempo en cada instante. Sólo desde aquí la afirmación "Yo Soy" tiene sentido.
En cuanto al nivel de intensidad, el "estar pleno" (tu plenitud) frente al "sentirse pleno" en instantes concretos (la plenitud), cambia.
Mientras que las experiencias de la plenitud pueden ser extáticas (de éxtasis) por ser esporádicas; la experiencia de tu plenitud está más cerca del sentido propio de la palabra "plenitud". Estar pleno no es igual al "éxtasis constante". La sensación de éxtasis ocurre precisamente por "relatividad": en una vida que no es plena, tener una experiencia momentánea de plenitud se siente con mayor fuerza por pura comparativa.
Así que, para ser exactos y concluir, el éxtasis es la plenitud alcanzada de forma esporádica y tu plenitud es cuando la búsqueda de más ya cesa por el simple hecho de sentirte completo día a día. Si es en conexión o consciencia de "lo más grande", si esa autorrealización se gesta en cada momento y no es un simple "ya conseguí lo que quería", si la "meta" es el propio camino de tu vida en escucha real de lo que tu ser indica en el aquí y ahora; entonces es espiritual o transpersonal.