Sigue siendo común, escuchar entre mujeres, la frase "ojalá encuentre un hombre que me mantega".
Esta frase es un clásico porque antiguamente, o aún en otras partes del Planeta, la división de géneros partía precisamente de ahí. La mujer cuidaba a las crías y se hacía cargo de la casa y el hombre salía fuera a buscar el jornal para los gastos comunes.
Pero en el mundo "occidental" o en el hemisferio norte, desde hace ya décadas por no decir un siglo entero, la mujer ha estado buscando algo diferente: autorrealizarse también profesionalmente.
Y entonces, ¿por qué la división de género sigue subsistiendo y por qué hay mujeres de hoy en día que vuelven a plantearse el modelo antiguo? La respuesta es bien sencilla...
¿Le han preguntado a los hombres?
Hay muchos, muchísimos hombres, que están plenamente de acuerdo. La mujer es una persona que, igual que el género masculino, necesita autorrealización profesional y los hombres pueden hacerse cargo de la mitad de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos, para que eso sea posible.
Ahora bien, ¿cuántos hombres hay que no sólo defiendan el cambio para ellas sino también para ellos? ¿cuántos hombres hay que encuentren autorrealización en las labores propias de la crianza y el cuidado del nido?
Sin duda, hay muchos también. Las familias que funcionan bien, lo hacen porque el hombre también disfruta esas labores, también se autorrealiza como persona en ellas.
Una persona, toda persona, posee rasgos femeninos y masculinos, Yin y Yang; por eso es una "persona" y no simplemente un macho o una hembra. Una persona es un ser humano y el ser humano es mucho más que su determinación sexual. El ser humano posee sentimiento y entendimiento; lo que le hace trascender su nivel puramente biológico-instintivo y de ahí que pueda realizar innumerables tareas con componente más Yin o más Yang.
Muchos hombres se lanzaron al descubrimiento de las tareas tradicionalmente consideradas femeninas, cuando las mujeres reivindicaron su derecho a ejercer las masculinas. Piensa que antes estaba igual de mal visto que un hombre se dedicara a limpiar la casa, que el hecho de que una mujer trabajara en la mina. Pero efectivamente hay hombres y mujeres que han trascendido las barreras de género y se autorrealizan en cualquiera tarea e incluso indistintamente en unas y otras.
Ahora bien, esto es una cosa y otra muy distinta es el que un hombre acceda a dedicarse a las labores caseras sólo por respeto a la profesionalidad de la mujer. Si no lo disfruta, si no se autorrealiza con ello, nunca lo hará igual de bien. Y aquí es donde vienen los problemas.
La mujer en búsqueda de su autorrealización profesional se ha pasado de largo queriendo autorrealizarse en todos los sentidos, también en el femenino, sin preguntar al hombre también desea lo mismo. Da por sentado que ella, que lo quiere todo, tiene derecho a desearlo y el hombre "tiene que" respetarlo. Y el hombre dice "sí, yo lo respeto" pero en el fondo "ni plin" con lo de casa. Y eso se nota.
Al final de todo este embrollo resulta que la mujer se agota y vuelve a la idea de encontrar al príncipe azul que la mantenga y dedicarse tranquilamente a sus labores. ¿Defiende el modelo antiguo? No, está cansada.
La mujer entonces debería preguntar más y no dar tanto por sentado. Primero tiene que mirar si realmente quiere realizarse como mujer o no: preguntarse a sí misma. Si no es el caso, puede no tener hijos y tener la casa hecha un asco sin complejos. Nadie le exige que sea "femenina" en eso ni en nada. En segundo lugar, tiene que preguntarle a su pareja, no dar por hecho y menos exigir, si de verdad quiere tener hijos y dedicarse a compartir las labores de casa. Si no es el caso, y ella en cambio sí quiere alternar tareas "masculinas" y "femeninas", buscarse a quien realmente desee lo mismo.
Me explico. Si eres persona, que es lo que eres, tienes que partir de cero, contigo misma y con la otra. Si eres ser humano, que es lo que eres, tienes que partir de cero contigo mismo y con el otro.
Hay seres humanos que se realizarán más en su Yang, otros más en su Yin y otros en ambos. Así que no des nada por sentado. Háblalo claramente y decide también por ti como persona.
Si después de eso, seas hombre o mujer, decides que te gusta más lo de la casa y los niños, búscate sin prejuicios a un príncipe o a una princesa azul que le guste traer los bienes de afuera o sea un/a manitas. Y, si lo que quieres es alternar, busca a alguien que también le guste alternar ambas funciones. Pero, por favor, no exijas como un derecho incuestionable que el otro encaje contigo, porque cada ser humano tiene, como primer derecho, elegir libremente lo que quiera para sí.