TERAPIA EN GRUPO

La terapia individual y la terapia en grupo tienen muchas cosas en común y algunas otras diferencias. Sin embargo, hay una característica que las convierte en radicalmente opuestas. Ya va siendo hora de que te animes a salir del cascarón...

Terapia en grupo

La terapia individual es íntima, profunda. Permite ahondar en las problemáticas de las personas y, cuando es un tratamiento al cuerpo, a la energía, consigue liberarlas de memorias retenidas, de bloqueos y cargas que quedan en el aura.

 

 

Sin embargo, hay algo que no consigue resolver, por más que se pretenda, y es la misma coraza de la intimidad. La intimidad, visto del otro lado, es el secreto, el no atreverse, los complejos, las vergüenzas, las culpas o los arrepentimientos, el juicio... los miedos.

 

 

Las personas que no se atreven nunca a la terapia grupal les falta romper una máscara muy importante si quieren llegar a la plenitud, a una verdadera sanación. Y es precisamente el desnudarse. No ante un terapeuta comprensivo o un especialista ajeno, no ante la figura de una padre o madre buenos, no ante el amigo íntimo, el cura o el profesional; sino ante otras personas iguales, ante otros como tú, ante el grupo o ante el mundo.

 

 

No es posible que una persona que no se muestra al grupo, se muestre luego por la calle como realmente es. Sigue empecinado en sus secretos. Y el secreto es la oscuridad

 

 

Las personas que sólo van a terapia individual aún están atadas a sus miedos y se entiende. Es lógico que cuando la autoestima está baja, no puedas afrontar el posible juicio de los demás. No digo que no vayas primero al terapeuta de forma particular. 

 

 

Pero hay un momento en el que que conviene que des el salto de mostrarte como eres al mundo; también con tus heridas, tus frustraciones o tus resistencias. Y ese momento no llega sin la práctica.

 

 

La terapia grupal es un paso intermedio entre la intimidad secreta de la terapia individual y la expansión de tu ser en el mundo. Es un campo de pruebas donde todos los que acuden es porque están también en situaciones conflictivas. Y en ese sentido, es un nido, no de un sólo polluelo, sino de muchos que quieren salir al mundo a volar. 

 

 

En la terapia o la sanación grupal se siente ese calor, esas ganas. Y anima a las personas a soltar sus complejos, sus juicios sobre sí mismos, sus miedos... su oscuridad. Y luego de ahí, cuando ya te has mostrado ante ellos y te has dado cuenta de que todos los seres humanos tienen sus cosas y de que muchas veces es "el mismo perro con distinto collar"; lo normal es que te sea más fácil hacerlo con tu familia, con tus amigos, con tus conocidos y ojalá también que con los desconocidos.

 

 

¿Qué por qué insisto tanto en que esto es bueno? Porque el propio secreto impide que el sufrimiento se libere, lo convierte en un tesoro del tipo "sólo mío", un tesoro negativo al que te agarras y que te impide ser verdaderamente libre, verdaderamente tú ante otros.

 

 

Todo lo que muestras se libera

Todo lo que ocultas permanece

 

 

Así que, si aún no has probado las maravillas de la terapia grupal, te animo a que te muestres y te dejes espejar. No sólo te liberarás sino que podrás profundizar más y más en ti mismo, con las reacciones y los propios juicios que otros te provocan. Podrás urgar en tus profundidades de la mano de otros muchos. Y, sobretodo, dejarás de ser tan "importante", tan "especial" por tus desgracias y comenzarás simplemente a ser más tú mismo sin complejos.

 

 

¿Lo mejor de todo? Te encontrarás a otros seres humanos y entenderás que, si puedes sentir cariño por otros que se desnudan, también podrás sentirlo por ti. Por mucho que duelan tus secretos, muy posiblemente te reconcilies con lo que hay de ser humano en ti. 

 

 

Y ¿qué es una verdadera sanación? Que te quieras exactamente como eres. Ahora bien, si tienes todavía que ocultarte u ocultar partes de ti, es que de verdad no te quieres. Así que, anímate y da el salto, cuando lo sientas, a la sanación grupal... Verás SANACIÓN EN GRANDE.