El cuerpo humano posee un movimiento múltiple devenido de su actividad fisiológica. Dicho movimiento genera un campo vibracional que sobresale más allá del perímetro corporal. Es lo que se conoce como aura y que puede ser definida como la vibración global del cuerpo físico.
Cuando a nivel fisiológico, psicológico o emocional todo está bien, el aura es homogénea, existe un equilibrio entre las funciones nerviosa, circulatoria, neuronal, digestiva, etc. La vibración global que todo este movimiento produce está equilibrada. Cuando, por el contrario, existen disfunciones, también el aura se ve afectada.
La limpieza del aura es una técnica vibracional utilizada para restablecer el equilibrio global de fuera a adentro. Si la vibración que genera el cuerpo en su totalidad se compensa, se aligera y se armoniza, también los movimientos internos del organismo tenderán a equilibrarse.
Lo habitual es que dentro del campo áurico notemos divergencias a través del tacto o la visión. Zonas cuya vibración es más densa y otras partes más ligeras. El barrido energético permite, a través de un movimiento enérgico con las manos, distender las zonas de mayor estrés y, a través de movimientos suaves, recomponer o restablecer la vibración global.
En la primera forma, de movimiento enérgico, el/la facilitador/a consigue liberar las vibraciones fuertes, densas o estresadas localizadas en el perímetro corporal. En la segunda, se trata se armonizar la vibración global mediante roces muy suaves y en contacto mínimo con la piel.