La encomendación es una forma de ponerse en manos de la divinidad o dejar que su voluntad se manifieste a través de la persona que "se encomienda". Aplicada a la sanación tradicional o a las terapias naturales contemporáneas consiste en una primera forma de canalización de la energía del universo en las manos del terapeuta.
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La imposición de manos es una técnica milenaria de curación que consiste en colocar las manos sobre el paciente a cierta distancia de su cuerpo o con mucha suavidad sobre una zona afectada, para transmitirle un ritmo vibracional de relajación que permita que su propio organismo libere sus dolencias.
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La visualización es la capacidad de elaborar imágenes, a través de la corteza cerebral, a partir de vibraciones externas captadas por el cerebro reptiliano o hipotálamo. De este modo el ser humano es capaz de poner forma visual a sensaciones físicas no visibles y de conectar con informaciones del inconsciente colectivo.
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La limpieza del aura, también llamado barrido energético, consiste en la liberación a través de movimientos con las manos, de la energía acumulada en el campo vibracional del paciente con el objetivo de restablecer su ánimo o como paso previo a la ejecución de intervenciones más profundas.
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La cirugía astral es una terapia energética utilizada en todas las tradiciones de curandería y chamanismo del Planeta; aunque ha sido popularizada a través de las tradiciones orientales y en concreto mediante el Reiki. Consiste en deshacer nudos o bloqueos energéticos instalados en el cuerpo del paciente.
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La apertura o armonización de chakras consiste en desbloquear los siete centros vibracionales o "chakras" de una persona, para que su energía circule sin obstáculos por todo su organismo. Cada uno de estos centros tienen una función específica y, cuando se encuentran "cerrados" o bloqueados, impiden que su portador las ejecute con naturalidad.
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La canalización incluye todo tipo de percepciones llamadas <<sobrenaturales>>, es decir, no asequibles a los sentidos. Existen tres formas principales de canalizar: visual, auditiva y kinestésica, es decir, a través del cuerpo físico. En general, se puede incluir en la canalización cualquier forma de intuición no explicable por medios científicos.
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La conciencia corporal es la forma que tiene la mente de situarse en el "aquí y ahora", viviendo en presente; es, por tanto, la conexión con la vida, con la propia esencia natural. Para fomentarla lo primero es permitir una expresión corporal libre, ajena a la presión que ejercen los patrones mentales en las actuaciones cotidianas.
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El pulso tibetano es una técnica milenaria, traída a través de la canalización en los años 60 del siglo XX, para la curación de dolencias físicas a través del contacto con el pulso del corazón en determinados puntos del sistema óseo. Sus técnicas principales son la digitopuntura y el pumping.
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Curar el pomo o "bajar la madre" son dos formas de denominar a una forma de terapia del vientre ubicada específicamente en la boca del estómago, donde se encuentra el tercer chakra o centro de la voluntad.
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La terapia de sonido o sonoterapia es la técnica vibracional por excelencia. A través de las ondas sonoras, vibraciones de la voz e instrumentos musicales, se pueden modificar vibraciones internas de la personas por resonancia, para hallar estados de calma, bienestar y salud.
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